Tal vez esto te pasa a ti o a alguien muy cerca de ti…
Fue una vez un muchacho, el primero en todo, mejor atleta, mejor estudiante, pero lo que nunca supo fue si era buen hijo, un buen compañero o un buen amigo. En un día de depresión el muchacho se dejo morir. Cuando iba camino al cielo se encontró con un ángel y este le preguntó: “¿Porqué lo hiciste? si sabías que te querían…”, a lo que El respondió: “hay veces que vale mas una sola palabra de consuelo que todo lo que se sentía … en tanto tiempo nunca escuché: estoy orgulloso de ti… gracias por se mi amigo… ni siquiera un te quiero mucho…”
Al quedar pensativo el ángel, el muchacho añadió: ¿Y sabes que es lo que mas me duele?, el ángel triste le pregunta: ¿Qué?, a lo que el le responde: “que todavía espero oírlo algún día…
Luego de esto el ángel abrazó al muchacho y le dice que no se preocupe porque se acerca a la única persona que siempre le dijo al oído que lo amaba pero el nunca lo escucho, pero lo espera con los brazos abiertos.
Muchas veces sucede esto en nuestra vida parece ser que damos lo mejor de nosotros y nunca hemos recibido una palabra de consuelo.
Pero sabes lo maravilloso es que tenemos a Alguien que aunque no lo vemos nos ama con una devoción que nunca podremos comprender debido a nuestra condición de pecadores. Ese Alguien es DIOS Padre pues no escatimo ni a su propio Hijo, sino lo entrego por ti y por mi (Ro. 8:32). Su amor excede todo conocimiento (Ef. 3:18-19)
Ahora ya lo sabes Cristo te espera a cada momento con los brazos abiertos diciéndote de mil formas que te ama.
¿Qué haces tu por El? ¿Le amas? Demuéstralo.
Con amor en Cristo